Cargado de algunos alimentos y demás artículos de primera necesidad, Amilcar Liendo, habitante de San José de Galipán, esperaba bajo el inclemente sol un rústico para regresar a su hogar.
«Voy para dos horas acá con temor a que se me dañe lo que compré. Hay quienes deben esperar hasta cuatro horas aquí para terminar subiendo en colas que dan los vecinos o los camiones de los que trabajan en el teleférico», contó.
Aunque indicó que el pasaje para los lugareños y estudiantes es de 1.000 bolívares, la mayoría de los transportistas han migrado a rutas como La Costa o la Caracas-La Guaira.
Señaló que «prefieren trasladar a los turistas los fines de semana, a los que les cobran hasta cinco mil bolívares o incluso en dólares».
Carmen Pérez, quien tiene más de 60 años de edad, lamentó que los niños sean quienes más sufran por la falta de transporte. «Muchos estudian en San José, en San Isidro, en Manzanares, en Caracas y otros en Vargas. Estos últimos suben a punta de colas hasta en camiones».
Aprovechó de solicitar la incorporación de uno o dos vehículos gratis que faciliten el traslado de los pobladores.
En Vargas son pocas las busetas y rústicos que prestan servicio debido a que a muchos transportistas no les resulta rentable. Algunos recogen sus unidades, mientras que otros como los de la ruta a Galipán han decidido migrar y abandonar a los usuarios.