La desesperación es cada vez mayor. Pareciera una película de terror, no sólo los ciudadanos deben hacer seis días de cola para abastecer de combustible sus vehículos, sino que además tienen que vivir sin gas en sus hogares y desde este domingo sin luz.
«Tenemos dos días sin luz, ayer domingo llegó por espacio de diez, quince minutos, media hora, lo que extendió a una hora, en la madrugada llegó otro ratico, no podemos cocinar porque no tenemos gas, no podemos surtir de combustible, duramos cinco días en cola, la situación es gravísima», relató Judith Valderrama periodista y ciudadana que sufre y padece la amargura que viven los tachirenses.
Dijo que el estado esta colapsado y sometido por el régimen a una muerte lenta, a una forma de tortura. «En la parte emotiva es devastador, yo diría que es una de las formas más crueles que ha impuesto el régimen, esto deprime muchísimo, sobre todo a los niños y ancianos….. Es una tortura ciudadana, esto te detiene, te paraliza», expresó llena de impotencia Judith Valderrama.
«Se me está cayendo el cabello de la depresión y el stress»
Las madres tachirenses viven llenas de nervios y angustia, ante la imposibilidad de cumplir con las labores rutinarias y el dolor de someter a sus pequeños a una vida tan difícil e injusta.
Natacha Risquez contó a Caraota Digital que ni siquiera puede dormir por la angustia que le genera no tener luz. «Desde ayer a las 9 de la mañana estoy sin luz, no pude ni hacer un desayuno porque cocinamos con una hornilla eléctrica», indicó.
«No puedo dormir solo pensado si tendré luz para hacer el desayuno de los niños, tengo una caída del cabello significativa por el estrés, esto es frustrante y deprimente, nos tienen amarrados», señaló Risquez en medio del dolor que le produce haber perdido la calidad de vida.
Aseguró que a los tachirenses se le acabaron los fines de semana y la distracción, pues deben pasar hasta 6 días durmiendo en las colas para tener gasolina. «En Caracas no pasa nada, de hecho le dicen la isla de la fantasía…. Yo siento que nos están exterminado, están exterminado a mi familia, esto no es vida».
Lamentó la indolencia y la crueldad del régimen frente a lo que vivimos los habitantes de esta entidad fronteriza, sumida en el caos y la destrucción.