Mantener una relación sexual sana con tu pareja es parte de las medidas fundamentales a la hora de evitar transmisiones de distintas enfermedades. Sin embargo, aunque la educación sexual de hoy en día es mucho más accesible, el pudor y la vergüenza no deja que las personas hagan preguntas a los profesionales.
Un artículo de la revista Offarm, indicó que: las relaciones sexuales comportan “inevitablemente” un incremento en el riesgo de infecciones tanto por el contacto físico, como por el intercambio de fluidos entre la pareja. Por ello, es imprescindible seguir una serie de medidas higiénicas en torno al sexo.
El trabajo realizado en el artículo de la revista, señaló que la naturaleza y la fisiología de las estructuras implicadas en la relación sexual están adaptadas en ambos sexos para minimizar dicho riesgo. En las mujeres, hay un mecanismo de defensa específicos, como el flujo vaginal o la secreción mucosa e inodora, que son originadas en la glándulas de Bartholin.
“La acidez de este fluido permite mantener en equilibrio la flora vaginal, además de actuar como barrera frente a otros microorganismos patógenos externos que pretendan colonizar el área genital”, explicó el artículo.
Por su parte, en el aparto genital masculino. Éste no dispone de medidas similares, debido a que sus características anatómicas no comparte la citada problemática. Pero subrayaron que un aseo personal acorde a las características morfofisiológicas de cada zona es “básica”.
“La higiene íntima afecta a ambas partes de la pareja, puesto que si una de ellas tienen unos hábitos higiénicos inapropiados puede provocar la transmisión recíproca de patologías infecciosas”, advierte el documento en la revista.
La doctora Mariella Lilue, directora médica del departamento de Ginecología y Obstestricia del Instituto Palacios, Salud y Medicina de la Mujer, indicó que partiendo de la salud higiénica básica y personal que toda persona debe seguir día a día. No es necesario complementar unas nuevas antes o después del sexo.
Lo único que si es conveniente en las mujeres, es ir al baño a orinar después de haber tenido sexo, aunque no necesariamente justo después de haber finalizado, esto con el fin de evitar la cistitis de repetición. Reportó el portal infosalus.com.